LirioAustral

Sunday, November 20, 2005

El beso de Cortazar


Todos sabemos de besos; de besos reales, inventados, cantados, filmados.
De uno de mis autores favoritos el mejor beso de la literatura. De Rayuela, capítulo 7



Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

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Saturday, November 19, 2005

Explicando parte del significado del post anterior y otras yerbas

Para la hermana Josefina y don Haller, especialmente.

El Mapudungun es la lengua del pueblo mapuche; yo no lo hablo, sólo sé algunas palabras, pero me gustaría aprender.

Kalfü es Azul, y representa las tradiciones del pueblo mapuche.
Las palabras siguientes, son las más hermosas que puede concebir una lengua, según yo

Pinkentukumuyu = "Te llevo en mi corazón"

Inche Poyeyu = " Te quiero o te amo"

El Post está dedicado a una persona a la quiero mucho y que la llevaré en mi corazón por siempre jamás.
Hma. Josefina, gracias por preguntar. No tiene nada que ver con las diabladas a pesar del colorido. Estoy pensando escribir un post especial dedicado a esas fiestas dedicadas a la Virgen.

La foto corresponden a burbujas, que sólo el destinatario del post sabe que significan. En realidad creo que la imagen es más bien azteca, aunque no estoy segura.


Don Haller pinche aquí y enterese de lo que se está perdiendo lo estepario y Chile sin su cndidatura :p

Un abrazo a los tres: Marmota, Josefina y don Haller

Friday, November 18, 2005

Kalfü




PINKENTUKUMUYU

INCHE POYEYU




Kalfü-Kalfü

Thursday, November 10, 2005

Padre Isidoro iniciando el mes de María



Con 92 años de edad y 67 de sacerdocio el Padre Isidoro sigue entregado a su apostolado. Las fotografías corresponde a la celebración del inicio del mes de María en un liceo no confesional de niñas. Un ejemplo para un mundo en donde a los ancianos se les confina y esconde. El y sus compañeros capuchinos nos siguen entregando su presencia evangelizadora, su testimonio de fidelidad a Cristo y a la Iglesia, su preocupación y asistencia constante por los pobres, los marginados, los abandonados.

Rezaron con él, el misterio gozoso, cantó el Magnificat, regaló rosarios y estampitas de santos y de La Virgen María, como el cura de mi pueblo de la canción, hizo gala de su excelente memoria reseñando algo de su ciudad natal, de su buen humor y alegría al contar que su apellido Engel significa ángel y que sólo llegando a Chile inició el camino para convertirse en ángel. Las niñas quedaron encantadas con su personalidad, su carisma. Las que ya le conocían un poco le obsequiaron un osito de peluche que expresaba todo el cariño que todos los que le conocen le tienen.
Dios le bendiga y le de salud para que nos acompañe un tiempo más.
















Sunday, November 06, 2005

Dios existe, yo me enfadé con Él


André Frossard puso al libro en el que cuenta su conversión el título Dios existe, yo me lo encontré; su caso tiene todo el brillo de quien, habiendo vivido siempre negando la presencia del Señor, un día, inesperadamente, lo encuentra. Los casos de conversos nos entusiasman por el empuje y la decisión con la que estos neocreyentes afrontan su vida después del encuentro, y por el vigor que caracteriza su estrenada fe (y que parece faltarnos, a veces, a los católicos de toda la vida). No obstante, personalmente, alguna vez les he reprochado que, habiendo tenido una existencia disoluta y de espaldas a Dios, de repente, in extremis, consigan la salvación (empezando por el buen ladrón, la lista es enorme). Claro que, poco a poco, mi madre la Iglesia –y un amigo ateo, por cierto– me han ayudado a comprender que, para los que siempre hemos estado con Dios, éste ha sido nuestro mayor premio, y el castigo más doloroso de quienes lo descubrieron mucho más tarde (el «tarde te amé», de san Agustín).


Sin embargo, es precisamente a quienes intentamos vivir cerquita del Señor a través de los sacramentos y la oración, a los que puede ocurrirnos alguna vez una especie de conversión al revés: en lugar de encontrar al Señor, lo perdemos de vista, y en lugar de ver las cosas con la luz de la verdad, todas nuestras decisiones y acciones parecen sumidas en las tinieblas.

Recuerdo la expresión de un sacerdote muy querido que suele decirme que «la fe no es una aspirina», que para mí significa, más o menos, lo siguiente: tener fe no nos garantiza la ausencia de problemas y dolores de cabeza, de oscuridades y de dudas, antes bien, nos pone frente a ellos para probar nuestra fidelidad. Así y todo, no siempre se supera la prueba; muchas veces, sucumbimos a la tentación de la ausencia de Dios. Afortunadamente, con mucha frecuencia, se trata de una oscuridad pasajera, que no nos lleva a negar su existencia, sino más bien a afirmarla por el profundo enojo que experimentamos con Él. Considero (que me perdonen los teólogos) que una de las pruebas más fuertes de la existencia de un Dios personal es que tenemos la capacidad de enfadarnos con Él. ¿Quién podría enfadarse con un ser inexistente? ¿Tendríamos acaso algo que reprocharle si no existiera? Pero nos enfadamos con Dios cuando lo sentimos lejano, callado o indiferente a nuestras cosas; y aun entonces, seguimos presintiendo –tal vez desesperadamente– su existencia, más real aún que la nuestra. En estos enfados es necesario no dejar de hablarnos. Además, Dios es tan bueno que, en estos enojos, no espera nuestra iniciativa para hacer las paces, es Él quien vuelve a salir a nuestro encuentro para recordarnos que, si sólo vemos un par de huellas en el camino de nuestra vida, no son las nuestras caminando en solitario, sino las suyas, que ha cargado con nosotros en sus brazos.

Dora Rivas

Tuesday, November 01, 2005

Jalohuín :P

Valdivia vivió haloween made in Chile, su jalohuín. Somos copiones de todo, pero acá se le da su toque chilensis. Las mamás de algunas villas o calles se organizan para elaborar tarjetas que son entregadas por los propios niños a todos los vecinos con el recordatorio que pasarán a buscar dulces. También preparan los disfraces. El día señalado pasan puerta por puerta con la famosa frasecita, pero no hay represalias si no hay dulces. Los niños se conforman con el NO y se van. hay otros niños, un poco más grandes, eso sí, que tocaron la puerta de una señora y cuchillo en mano la asaltaron. ¡De miedo! ¿Verdad?
Los jóvenes acostumbraban hacer su gran fiesta de jalohuín en la Universidad hasta que asesinaron a una bella chica brutalmente, la poderosa mezcla de alcohol, drogas y una personalidad esquizo, terminó con su vida y la ilusión de sus padres.

Algo positivo se les ocurrió en la Parroquía de Paillaco: "Celebración de la fiesta de luz" que consistió en el desfile de carros alegóricos iluminados y la gente con disfraces todo relacionado con los misterios luminosos del santo Rosario, con un riconcito dedicado al Padre Hurtado, perdón a San Alberto Hurtado. Mis felicitaciones al párroco, sacerdote mexicano por motivar a su comunidad para cambiar el sentido de esta fecha más acorde con nuestras tradiciones.

Leyendo el blog de Carol, llegué a este artículo: Cuanto más miedo a la muerte menos respeto a la vida