Fe de erratas, disculpas, enmiendas y otras yerbas

Mirando mi segundo mensaje me doy cuenta que escribí mal la palabra ejército. La única excusa para tal descuido es que escribí de madrugada después de un largo y agotador día.
Aunque pensándolo bien y siendo bien honesta conmigo misma, he de reconocer que me equivoco, y muchas veces durante el día. Errores de apreciación, de interpretación, errores en el trato con los demás. Claro, mi esfuerzo es reducirlos al máximo, siempre, con la ayuda de Dios.

¿Por qué será tan difícil, no ya reconocer errores, sino que asumirlos y llegar a pedir disculpas, reparar el daño, si se pudiera?
Dicen que esto de no asumir la responsabilidad de nuestros actos es la primera consecuencia del pecado original. Adán le responde a Dios, cuando le pregunta qué hizo: "la mujer que tú me diste, me dió del fruto..." y Eva a su vez, le responde: " la serpiente me engañó..." y con ello la falta de solidaridad...