Mi casa: Mi Hogar

Mi casa está ubicada en un barrio bonito y tranquilo. Es linda, acogedora y cálida, aunque pequeña, tiene casi 69 m2. Está pintada en tonos claros y cada espacio está diseñado para hacerla funcional. Tiene 3 dormitorios, 2 baños, cocina, living-comedor, un espacio para la lavadora de ropa, leñera y garaje. Tiene un patio de buen tamaño, no todo lo grande que quisiéramos, en donde el césped procuramos esté siempre verde, y con un jardín que poco a poco va creciendo; hemos plantado flores y arbustos que han alegrado más ese espacio.
Mi casa alberga a tres personas, mi esposo Iván, mi hijo Felipe y a mí; los fines de semana se nos agrega mi suegra Lucrecia. Cada uno de los tres tiene su espacio para sus actividades preferidas y los centros de reunión son el living, el comedor y el patio.
No nos visitan mucho nuestros parientes porque está alejada de sus lugares de residencia y porque estamos ausentes durante la semana por nuestros trabajos. Sí nos viene a ver para la celebración de cumpleaños y otras fiestas, en donde es placer para nosotros compartir nuestra morada con ellos.
Realmente me gusta mi casa, es hermosa, por la abundante luz natural que entra por sus ventanales y porque, los tres hemos ido llenando con cosas que nos identifican y definen: fotografías de familia, pinturas y cuadros que elegimos entre todos y algunos o muchos, quizás, obsequios de amigos y parientes, de gente que nos quiere.
Más que casa, la llamo “Mi Hogar” porque es el lugar donde volvemos a descansar después de una larga y cansadora jornada, un verdadero santuario donde nos reponemos del cansancio, de las heridas, de la enfermedad; en donde festejamos, celebramos la dicha de estar juntos, de querernos y respetarnos como somos. Para mí, mi casa, mi morada, mi hogar es sagrado. Con la bendición de Dios, siempre presente entre nosotros.