Mes de la Solidaridad

“El agricultor reconoce que los hombres son inmensamente más valiosos que los más finos animales, y que las consideraciones que merece un ser humano son de orden muy distinto a las que podría dar a los otros seres de la creación material. El hombre es nuestro hermano. No soporta, por tanto, que mientras las cosechas se guardan con pisos de cemento y muros de concreto, y los caballos de carrera tienen abrigo para el invierno y cuidador que les prepare la cama y la comida, los pobres, a causa de un salario injusto, y de falta de caridad social vivan en chozas con suelo de tierra y techo de totora y en la práctica sean tenidos en menos estima que los animales que se presentan a la exposición”.

San Alberto Hurtado: “La Práctica de la Justicia”. Extracto del quinto capítulo de “Humanismo Social”.

En memoria del Padre Hurtado, San Alberto, celebramos el mes de agosto como el de la Solidaridad. Sin embargo pareciera que sólo nos quedamos en bonitos gestos, en declaración de buenas intenciones, si es que las hay, porque los chilenos hemos quedado atónitos ante las declaraciones de algunos sectores de la política chilena por las declaraciones de monseñor Goic, presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, sobre la urgencia de poner en el debata la pobreza y el sueldo "etico"

Varios blog han escrito sobre la controversia: en La Revancha de Don Clavito y en el blog de Julio muy acertadamente y dándonos las cifras escándalosas de la desigual destribución del ingreso en Chile. Es en el invierno cuando quedan al descubierto la magnitud de la pobreza: las nevadas en la zona central, las lluvias torrenciales en el sur, y el verdadero rostro del Jaguar de América del Sur.

Monseñor, pide que los grandes empresarios que puedan hagan el esfuerzo de pagar un "sueldo ético", mayor que el sueldo mínimo, para miles de chilenos vivan con mayor dignidad.

El polémico tema está sobre la mesa del debate...

El Padre Hurtado, seguro, se seguirá preguntando. ¿Es Chile un país católico? y de serlo ¿qué aportamos para introducir, ahora ya, el reino de Dios?