Pequeños gestos solidarios
Pensaba, mientras ordenaba mis cajitas de té vacías, que no es mucho sacrificio juntar los sobres de las bolsitas del té y ordenarlas en cajas y luego ir a dejarlas al colegio o bien en el hospital a las damas de rojo, creo. En la última entrega de mi suegra, de dichas cajas obvio, le contaron con gran alegría que lograron comprar una silla de ruedas y donarla a cancerología niños. Esa silla se pudo comprar gracias a la venta de no sé cuantas toneladas de sobres de bolsitas de té. Hay otros grupos solidarios que juntan envases tretra para el hogar de Cristo, otros juntan botellas, y así peso a peso van juntando para hacer algo por los más necesitados.
Claro no cuesta mucho juntar todo eso, pero algo no anda bien: si el ministerio de salud gasta millones de pesos en una cena, si se gastan millones del fondart en estupideces como la casa de vidrio o el enorme pene de cemento, o la vaca del 5° piso o pagar a tunick para esas fotos horrosas que de arte no tienen nada y que me recordaron los cientos de muertos botados en los campos de concentración nazis. Si a Pinochet todavía todos los chilenos le estamos pagando 10 personas que le sirven, si el gobierno decide comprar un nuevo avión gastándose una nueva millonada porque el otro que tiene 7 años de servicio cuesta mucho mantenerlo, y a sí suma y sigue...
No quiero decir con esto que no se debe seguir haciendo lo otro por lo mal que otros hacen con el dinero de todos, no. Urge, creo yo, pues una educación en las virtudes, partiendo desde las casas. La honradez primero. Recuerdo cuando mi hijo era pequeño y volvía de la escuela le revisaba la mochila para ver qué tareas tenía, si no dejó algún cuaderno o libro olvidado o su estuche con útiles ( o inútiles en algunos casos :d) y si encontraba algo que no era de él, le preguntaba su procedencia y le explicaba que al día siguiente debía devolverlo; jamás le acepté nada que no fuera de él o que yo supiera que se lo habían regalado. Ahora es un jovencito, jamás llega con nada extraño sin que me de una explicación. El otro día salimos a comer a un restaurante chino por una ocasión muy especial de celebración. Al final la casa regaló un bajativo, acepté un licor de manzanilla y le ofrecí un trago del mismo a mi hijo, me dijo que no porque el era menor de edad para beber alcohol en locales públicos, quedé plop porque tambien me puso en mi sitio, como diciéndome, Madre no debes ofrecerme alcohol. Quiero decir con esto, que la virtudes se aprenden después de mucho repetir su enseñanza, con el ejemplo especialmente.
Juntar sobres de bolsitas de té es como un trabajo de hormigas, son muchas familias los que lo hacen, involucrando a todos sus miembros, en especial a los niños. Eso es lo bonito.
5 Comments:
CLARO QUE ES BONITO ADEMAS DE CULTURAL Y CIVICO.
OJALA TODOS LO HICIERAMOS.
UN BESO.
Eres un joven fuera de serie Lalo. espero en Dios que te vaya bien en Colonia, que entres al seminario y seas un buen sacerdote tal como creo que seras.
Paz y bien a ti Eduardo.
Cava, grax por seguir visitandome y darte un tiempo para comentar. Creo que estas en lo correcto, esos pequeños gestos solidarios debieran formar parte del civismo, del ser buen ciudadano.
Fijate que el lema de los Salesianos es: Honestos ciudadanos y buenos cristianos.
Un abrazo afectuoso.
Qué bonito lo que cuentas Lilian!!! (y menudo hijo tienes, jeje qué íntegro!)
En cuanto a lo del gobierno...puff, esa misma es mi queja. La esperanza está en las personas, en cada cual. Los de 'arriba' no van a hacer nada...¿nunca?.
Carol, mi hijo es un joven muy especial...No, supongo que sòlo es como deben ser los jòvenes normales.
Se nota que lo amo mucho :D
Cierto, Carol no debemos esperar que las autoridades resuelvan todo, somos las personas organizadas las que debemos convertir este mundo en algo mucho mejor.
Un abrazo hermanita ;)
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